domingo, enero 28, 2007

Tomo I : Erotismo


Te acercas y me abrazas. Puedo sentir el calor de tu pecho en mi espalda, así como la seguridad que tus brazos proporcionan.

La sala de tu casa no es una habitación muy grande, pero sus paredes nos observan con lujuria. Ellas quieren. Quieren sentir la presión y el deseo de tus manos. Sienten envidia, yo, disfruto. Disfruto la forma en que tus dedos recorren mi piel, mi cuerpo.

Lentamente me volteas y te veo. Puedo distinguir el deseo de tus ojos y la pasión con la que tu boca busca encenderme. Nuestra respiración deja de ser virgen. Poco a poco desvistes mi alma.

Las paredes siguen observándonos. Me levantas, me pones contra la pared y mis piernas abrazan tu cintura. Me besas con tal pasión y locura (puedo sientirlo cuando muerdes mis labios). Mis manos tocan tu espalda, cuello, cabeza. Te despeino. Con la excitación, mis piernas te abrazan con más fuerza, tu cintura contra mi cuerpo. El fogueo apenas empieza.

La sangre fluye llenando las venas de tu miembro. Enloqueces. Sin pensarlo, me llevas hacia tu habitación. Estoy caliente, estas caliente. Mi blusa ya no es un impedimento. Antes de caer en la cama, te quito la camisa, tu quitas los zapatos. Te gusta ver el ángulo de mi cuerpo caliente. Me levanto y toco tu abdomen, sigo con los labios mientras que las manos las utilizo para quitarte el pantalón. Tus manos me tocan, quitas mi sostén.

Al hacerlo acaricias mis pechos y sientes el deseo de mis pezones. Excitados y marcados. Te emocionas y luego al ir quitando la ropa poco a poco entre besos, la excitación crece más y más, ambos nos fusionamos en un beso casi interminable y loco. El sol se cuela entre la ventana, quiere ser partícipe de este acto, adueñarse de la lujuria y cogersela allí mismo.

Las paredes siguen envidiosas. Me tomas y comienzas a lamer todas las partes de mi cuerpo, mientras más bajas, más sientes el olor de mis jugos, (nunca habías probado algo así) me comes con todas las ganas del mundo, cierro los ojos y doy un dulce gemido. Continúo con la boca y lentamente bajo hasta tener tu virilidad en mis manos, llena de sangre, llena de carne. Quieres poseerme, lo sé. Lo sé por que me obsequias las primeras gotas (saladas) de placer, de excitación, de deseo. Quieres penetrarme en ese momento, siento tu vibración. Tus manos tiemblan al tocarme, quieren más.

En la cama, besas mi cuello, me erizo sólo de sentirlo. Bajas hasta mi pecho y con una mano acaricias una de ellas, mientras que la otra se excita con tu boca, con el jugueteo de tu lengua. Me exita. Jadeo, te excitas. Empiezo a mojarme. Nuestra respiración se eleva. Mi pezón se endurece, no es lo único que se encuentra en ese estado. Sigues bajando, mientras yo tiemblo de la emoción. Quitas mi pantalón, no puedo olvidar como gemía, mi tanguita es rosada. La quitas con tal delicadeza, ya que te gusta ver como sale de entre mis glúteos, mis piernas.

La paredes parecen más envidiosas. Con tus dedos abres mis labios vaginales y los deslizas dentro, mis caderas captan de inmediato el gusto y se mueven haciendo el amor con tu mano. Tu lengua ataca entonces directamente mi clítoris, mis piernas tiemblan. Doy gemidos sin parar, hasta que no puedo resistir más y dando un grito al unísono, descargo toda emoción al mismo tiempo en que el placer me inunda. Me agarro de la cabecera con fuerza, temo romperla. Siento tu boca, siento tu lengua. Los líquidos fluyen. ¡¡Ah, ah ... ah aha .... ha ha ha ah Ah AH AH...!! Bajo mis manos hasta mi pecho y empiezo a tocarme, agarro mis pezones y con los dedos, juego. Me excito más, te excitas más. Al fondo se escucha la música de Fito con Euforia. Por largos minutos permanecimos así. Digo palabras sin sentido, producto del placer. Entonces lentamente te deslizas hasta volver a la posición original y cuando tu cara está frente a la mía, volvemos a besarnos, largamente, muy suave...

Con la boca te unes a mi jugueteo. Tiemblo de ansiedad, tiemblo solo de pensar en lo que viene, en lo que entra. En lo que sale y entra. Hasta el fondo, entra exacto, apretado, entra justo; justo en el momento en el que el sudor nos envuelve, nos inyecta, nos domina, nos lleva hacia cierta locura.

Suavemente y lentamente comienzas a penetrarme, entra con toda facilidad pese a lo estrecho, estoy absolutamente mojada, tu glande se perdió dentro de mi vulva, te miro dando gemidos de gusto. Sigues deslizándote dentro y cierro mis ojos.
Foto: Stephan Diekmann

5 comentarios:

Duffboy dijo...

De la lujuria y otros demonios, vulvas que te apremian y luego secuestran. Interesante ejercicio, muy descriptivo ;)

Lunatrack dijo...

esperaremos el tomo 2,

Byron Abadía dijo...

Que bien esta este relato erotico, me gusto el erotimos que le iyectas,la pasion, el juego, el sexo, el amor.
muy bien!
felicidades seguire leyendote y estas invitada a mi refujio! hasta entonces!

Anónimo dijo...

WOW y es solo el inicio... el tomo 2 va a estar mejor ;)

salu2

Anónimo dijo...

Hola que tal soy Marta, por casualidad he llegado a tu blog y he de decir que me ha gustado bastante, ya que soy muy aficionada a la fotografía erótica amateur, y a los relatos eróticos. Yo también tengo un blog de temática erótica, si quieres conocerme mejor no tienes más que visitar el enlace que te he dejado abajo.

Porno Casero Amateur

Te animo a seguir publicando.

Besos.

Marta.